¿Cómo sé si tengo un libro valioso en mi biblioteca?

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En el mundo de los libros de anticuario, coleccionables o descatalogados no existe una única lista de criterios para clasificar una obra y establecer su precio en el mercado; sino que son muchas las variables –como la condición, la procedencia, la edición, etc.– las que contribuyen al valor de un libro.

Desde la invención de la imprenta hace más de 500 años, se han publicado millones de libros, panfletos, revistas, periódicos… Sin embargo, solo una pequeña porción de estas piezas es considerada como «rara» por los especialistas. Es decir, los libros solo logran cierto grado de rareza cuando la demanda supera la oferta, entre otras variables. Desafortunadamente, no existen fórmulas sencillas para determinar esta rareza.

Por ejemplo, entre los libros más buscados por los coleccionistas se encuentran las primeras ediciones británicas de Harry Potter, que no son, precisamente, antiguas, pero su repercusión en la cultura popular las ha convertido en unos de los objetos más deseados. Aquí te contamos por qué los libros del mago están entre los más caros de la historia.

En la sociedad de mercado en la que vivimos, «raro» a menudo equivale a una gran cantidad de dinero. Pero, como diría cualquier bibliófilo, hay libros que pueden significar mucho desde un punto de vista sentimental e intelectual y tener un valor personal para el que ninguna cantidad de dinero sea suficiente. Puede que hablemos de libros que también sean escasos, pero no por ello tienen un valor elevado. Después, están aquellos considerados raros y, por lo tanto, escasos y valiosos por un coleccionista objetivo.

Algunos de las obras que puedes encontrar en la pestaña de Libros Antiguos de Biblio no son necesariamente volúmenes especialmente viejos o caros, pero todos ellos son, en un grado u otro, considerados singulares. Entendido de una manera literal, el término raro puede ser confuso o equívoco. Para ser considerado raro, un libro tiene que ser algo más que escaso, tiene que ser escaso en relación a la demanda que haya por él.

A menudo, los coleccionistas principiantes asumen que porque un libro sea muy viejo tiene que tener un valor dinerario muy alto. Sin embargo, hay muchos libros impresos en el siglo XVIII que no tienen gran valor. Se trata de obras escasas, sí, pero no raras en el sentido que la palabra tiene para el coleccionista de libros. Así las cosas, y aunque lo que hace deseable un libro a ojo de un coleccionista es mucho más difícil de responder, hay algunas variables comunes que a menudo influyen en la ecuación.

A veces sucede que una edición particular de un libro es rara, como por ejemplo, una primera edición. En algunos casos, lo que convierte a un ejemplar en deseable para un coleccionista se debe a que ese ejemplar en concreto está firmado por el autor, a las ilustraciones, a la composición tipográfica, al diseño o a la encuadernación.

Para descubrir el valor de un libro que tengas en tu biblioteca lo más sencillo es buscar otros ejemplares similares que hayan sido puestos a la venta por librerías de prestigio en el sector.

De hecho, la firma del autor -o que su anterior dueño fuese alguien famoso o interesante- puede también ser clave para establecer el valor de un libro. O incluso es posible que la información incluida en el libro no esté disponible en otro lugar.

Un libro del que se sepa que existen solo unas pocas copias puede alcanzar un valor monetario significativo. Sin embargo, un título sin un texto importante o características físicas diferenciadoras puede tener poco valor económico, independientemente de las pocas copias que haya de la obra.

La antigüedad no es suficiente para convertir a un libro en valioso. Por más años que tengan los ejemplares de la revista National Geographic o Reader’s Digest de tu abuela no van a servir para pagar tus facturas.

Resumiendo, y en reglas generales, estas son algunas de las variables que influyen en el precio de un libro:

• La relevancia cultural del título o del autor
• Que se trate de una edición peculiar: una primera edición (especialmente si es escasa), una edición curiosa (¡a los coleccionistas les encantan los ejemplares con errores de imprenta u ortotipográficos!), una edición ilustrada o de coleccionista…
• Que tenga mucha demanda y sea un título escaso en el mercado
• Que incluya la firma del autor (o una dedicatoria), especialmente si ese escritor o escritora en concreto no se prodiga en la firma de libros
• Que haya pertenecido a la colección personal de una figura de relevancia
• El estado de conservación de la copia y si mantiene todos los elementos originales, como, por ejemplo, la sobrecubierta
• Que tenga una encuadernación u otras características físicas significativas

Teniendo todo esto en cuenta, ya puedes empezar tu investigación buscando copias similares (puedes acceder al buscador de Biblio haciendo clic aquí). Y en caso de que necesites ayuda de un profesional, en este post te contamos cómo funciona la tasación de libros antiguos.

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