Enfrentarse con la mirada virgen a un texto de Joan Didion es un regalo. Observadora minuciosa e inteligente de épocas, pero también de mentes y seres, Didion ha sido cronista hasta de su propio duelo. Lo hizo en El año del pensamiento mágico, el relato de todo lo que sucedió desde la noche de 30 de diciembre de 2003, cuando su marido, el también periodista y escritor John Dunne, murió de un ataque al corazón mientras ella mezclaba la ensalada para la cena.
“El matrimonio es memoria y el matrimonio es tiempo. ‘Ella no conocía las canciones’, recuerdo que me contaron que había dicho un amigo de un amigo después del intento de repetir la experiencia”, escribe en este ensayo fundamental de su carrera. Después vendría otro nuevo duelo literario y dolorosísimo, Noches azules, sobre el fallecimiento de su hija, Quintana Roo Dunne.
Raptis Rare Books
Lo que se cuenta de la infancia de esta mujer nacida en Sacramento, California, en 1934, es el relato de una niña prodigio: lectora voraz que necesitó el permiso materno para poder leer libros de la sala de adultos, escritora desde los cinco años gracias a un cuaderno que le regalaron para que no diese demasiado la lata. Lo cierto, tras esta suma hiperbólica (o no) de cualidades infantiles, es que después de graduarse en Literatura inglesa en la Universidad de Berkeley, Joan Didion empezó a trabajar en la revista Vogue, donde enseguida hizo carrera gracias a un talento natural para observar y escribir, y una voz singular y extraordinaria.
Junto a John Dunne escribió guiones cinematográficos como The Panic in Needle Park (1971) o True Confessions (1981) y colaboró habitualmente con cabeceras como The New York Review of Books, Time o Life. Ha escrito novelas y ensayos, como los imprescindibles The White Album, Salvador o Political Fictions, muchos de ellos traducidos al español y recopilados en Los que sueñan el sueño dorado, editado por Literatura Random House. Su técnica como cronista la resume con una frase que podría ser una boutade, pero no lo es: “Fui a tal sitio, esto es lo vi”. Sacramento y California han sido el escenario de buena parte de su trabajo literario. Y, por supuesto, todo lo que convergió en aquella costa estadounidense durante las lisérgicas e intensas décadas de los sesenta y setenta.
Fue esta mujer menuda, elegante, de carácter fuerte y decidido pese a todo, quien le compró a Linda Kasabian el vestido con motivos mexicanos con el que se subió al estrado para declarar sobre su participación en los crímenes de la Familia Manson. Y también quien le sacudió el misticismo y el glamour drogadicto a la soleada California hippie cuando relató su encuentro con una niña pequeña chupando LSD.
Los Didion-Dunne, un vínculo sentimental pero también profesional, estaban en todas las salsas y sabían moverse en cada una de ellas. En el documental dirigido por su sobrino Griffin Dunne, Joan Didion: el centro cederá, el actor Harrison Ford se remonta a sus años de carpintero, en los que trabajó en la casa que tenía el matrimonio en Malibú: “Pese a que yo no era como ellos, siempre me incluyeron a mí y a mi joven familia en su vida. Nos invitaban a sus fiestas. Eran más listos y más cultos, pero nunca nos trataron diferente por eso”.
Entre las últimas obras publicadas en español se encuentran Lo que quiero decir, una volumen que recopila algunos de los primeros trabajos periodísticos de Didion y en los que empieza a reflejar el estilo y las obsesiones que marcarían el resto de su carrera. Recientemente también aparecía De dónde soy, una mezcla de historia, crónica, memoria y crítica literaria dedicada a California. Estas son algunas recomendaciones de su obra y lecciones de su sabiduría:
Río revuelto
Editada en castellano por el sello Gatopardo, esta es la primera novela que escribió Didion y publicó en 1963. La periodista Laura Fernández la definía en El País como un brutal, asfixiante y demoledor clásico al que nunca se le ha tenido como tal, “quién sabe por qué”. La sinopsis de esta de esta obra dice: “En un caluroso verano de 1959, el matrimonio formado por Everett McClellan y su esposa Lily, bisnietos de una larga línea de pioneros californianos, ven cómo se derrumba su vida bajo el peso acumulado de falsas apariencias, errores y traiciones. La historia comienza y termina con un disparo cuya detonación lanza al lector veinte años atrás. Tomando el pretexto de un drama doméstico aparentemente inofensivo, Didion traza, con precisión quirúrgica, un fiel retrato de la clase media californiana de la época y retuerce los clichés románticos para retratar como un visionario la imagen de una América que se halla al final de los sueños y se adentra en una temporada crepuscular de la que parece ya no resurgirá”.
El año del pensamiento mágico
“La vida cambia rápido. La vida cambia en un instante. Te sientas a cenar y tu vida como la conoces acaba”, este es el pensamiento que recorre el ensayo sobre el duelo por la muerte de su marido. Se trata de unas memorias conmovedoras, duras pero a la vez luminosas, que recibieron el aplauso de crítica y público, además del National Book Award en 2005. Un lector doliente puede encontrar la comunión en las palabras de Didion —la extrema vulnerabilidad y fragilidad de quien pasa el duelo, la ausencia abrupta del muerto, los nuevo ritmos y ritos de los vivos, la idea constante de que el muerto volverá—; mientras que un lector convencional se enfrentará a la crónica de una viuda que trata de asimilar lo que le ha pasado como la misma inteligencia y exhaustividad que cualquier otro trabajo periodístico.
Los que sueñan el sueño dorado
Recopilación de algunas de los reportajes y artículos más sobresalientes de su carrera. Se trata de una selección extraída de obras como Arrastrarse hacia Belén, clásico sobre la contracultura de los sesenta; El álbum blanco, otra obra fundamental de esa época en la que también se entrelazan escenas de su vida personal y familiar; Salvador, reportaje escrito en 1983 en el que quedan reflejados los horrores de un país en conflicto y su estrecha relación con la política exterior de Estados Unidos; y Miami, una reflexión sobre inmigración y exilio, la hipocresía y la violencia políticas. En definitiva, Los que sueñan el sueño dorado es un aperitivo de lo mejor de una autora excepcional.
Sur y Oeste
Didion sale en esta ocasión de su escenario habitual y sentimental, California, para recoger sus impresiones sobre un viaje realizado durante el verano 1970 a lo largo del río Mississipi. La idea inicial era componer un gran reportaje sobre las América rural. Aquello no salió adelante, pero sí esta caleidoscopio literario que alterna conversaciones, anécdotas, notas y los contrastes entre su costa Oeste natal y regiones como Alabama y Nueva Orleans.
