Librerías

Escritores y libreros: una simbiosis perfecta

Las fronteras entre librero, bibliotecario, lector y novelista no siempre están claras. Desde todas las profesiones en torno al libro se han escrito auténticas declaraciones de amor a las librerías y a quienes se dedican a este oficio.


Emily Mortimer en La librería
La actriz Emily Mortimer en ‘La librería’.

El amor por los libros se puede manifestar de muchas maneras y desde muchas profesiones. El tránsito de librero a escritor puede parecer una evolución casi perfecta tras años de observación y experiencia entre historias, recomendaciones y ávidos lectores. Muchos autores, antes de triunfar, estuvieron del otro lado del mostrador. Y no pocos –sin necesidad de ejercer la tarea– han dedicado obras a esa íntima relación de confianza que se establece entre el librero y el cliente habitual, que ocasionalmente puede terminar también dedicado al oficio de la escritura.

En Biblio.es hemos reunido cinco recomendaciones literarias que son auténticas declaraciones de amor a las librerías y al oficio de librero:

Una librería en Berlín, Françoise Frenkel

Françoise Frenkel (Polonia, 1889) regentó junto a su marido, Simon Raichenstein, la primera y única librería francesa del periodo de entreguerras en Berlín, La Maison du livre français. La abrieron en la década de los veinte y funcionó hasta 1939, aunque los últimos seis años estuvo dirigida únicamente por Frenkel, ya que su marido abandonó el país en 1933 tras el triunfo del partido Nazi.

Una librería en Berlín se publicó por primera vez en Ginebra en 1945 gracias a la editorial Jeheber. La obra (titulada originalmente Rien où poser sa tête) se recuperó en Francia en 2015 en la célebre editorial Gallimard con un prólogo de Patrick Modiano y se tradujo al español en 2017 en la editorial Seix Barral, que adaptó el título como Una librería en Berlín.

Se trata de una obra memorialística que abarca desde la llegada de Frenkel a Berlín (la autora había estudiado en París), su exilio posterior en Francia y sus peripecias hasta llegar a Suiza huyendo del acoso nazi en 1943, momento en el que se interrumpe el relato. Se sabe que su marido tuvo peor suerte: fue deportado y encerrado en Auschwitz, donde murió en agosto de 1942.

Poco más se conoce sobre la autora –aparte de que en 1945 regresó de nuevo a Francia y se instaló Niza, donde murió en 1975–, lo que termina de envolver a un libro peculiar de por sí en un halo aún más enigmático. Fue en esa ciudad donde un escritor francés encontró, mucho tiempo después, entre las estanterías de una librería de viejo, un ejemplar perdido que permitiría darle una nueva vida a la historia de Françoise Frenkel.

Portada Una librería en París de Françoise Frenkel

Ensayos, George Orwell

El autor de Rebelión en la granja recogió su experiencia como librero en una antología de sus ensayos (publicada en español por Debate). Y lo hace además con bastante sorna, criticando la incongruencia de algunos pedidos o las desquiciantes búsquedas para aquellos clientes que solo recordaban del libro deseado el color de la portada.

Orwell deja claro que ese oficio no está hecho para él y añade comentarios bastante elocuentes sobre cómo vivió la experiencia –a pesar de la amabilidad de su jefe, apostilla–: «Muchas de las personas que venían a vernos eran de esas que serían una molestia en cualquier parte, si bien gozan de una oportunidad especial para serlo en una librería».

El autor se desempeñó como librero a tiempo parcial, compaginando la actividad con la escritura durante muy poco tiempo, entre 1934 y 1935, en la librería de segunda mano Booklover´s Corner, situada entre las calles de Pond Street y South End Green, en Londres.

Portada de los Ensayos de George Orwell

84, Charing Cross Road, Helene Hanff

84, Charing Cross Road probablemente se haya convertido en el libro biblófilo por excelencia. Coinciden en sus páginas todos los elementos imprescindibles de la cadena de libro: la escritora, el librero, los libros coleccionables y los clientes exigentes… Helene Hanff publicó en 1970 esta bella y mordaz novela epistolar que narra la relación entre una excéntrica escritora neoyorquina y un librero británico.

Ella le hace peticiones de libros imposibles y él se desvive por encontrar esos títulos, lo que da pie a una relación por carta durante veinte años que acaba traspasando la relación entre librero y cliente. Ternura, ironía y amor por los libros y las librerías se entremezclan en esta obra que no ha dejado de ser un clásico entre quienes compartimos la afición. La historia de Helene Hanff inspiró una película protagonizada por Anne Bancroft y Anthony Hopkins.

En Bibio puedes encontrar primeras ediciones de 1970, publicadas por Grossman. Y otras ediciones especiales, como esta de regalo que salió a la venta en 1975:

Portada de una edición especial de 84 Charing Cross Road

Por cierto, en esa misma calle de Charing Cross Road sitúa Roald Dahl su relato El librero. La trama, divertida y perversa, también gira en torno a una librería: William Buggage. Libros raros.

La librería, Penelope Fitzgerald

Penelope Fitzgerald tenía 61 años cuando empezó a escribir la que se convertiría en su primera novela: La librería. Situada en 1959, en un minúsculo pueblo costero de Suffolk, la autora narra la historia de Florence Green, una intrépida mujer que decide abrir una pequeña librería ante los recelos de sus vecinos.

La librería es una obra de ficción, aunque se inspira en una etapa de la vida de la autora en la que tuvo que mudarse con sus tres hijos a un recóndito pueblo de Suffolk. Allí trabajó a tiempo parcial en la librería Sole Bay Books.

La obra fue finalista del premio Booker y en 2017 Isabel Coixet dirigió la adaptación cinematográfica de esta obra con Emily Mortimer, Patricia Clarkson y Bill Nighy interpretando los papeles principales.

Portada de La librería de Penelope Fitzgerald

Rialto, 11, Belén Rubiano

La librera sevillana Belén Rubiano comparte en estas memorias su experiencia como librera con espíritu vital y gran sentido del humor. Primero aborda su incursión en el mundo de las librerías y después cómo puso en marcha la suya propia, situada en la plaza del Rialto de Sevilla. Por los capítulos de Rialto, 11 desfilan clientes, distribuidoras, editoriales, escritores, anécdotas, situaciones hilarantes y también momentos decepcionantes. Todo ello atravesado por un profundo amor hacia los libros.

Portada de Rialto, 11 de Belén Rubiano

 


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