Biblio staff

Nuestra historia

Hay algo mágico en las estanterías de libros usados, esas que hay en tantas librerías de todo el mundo, donde el ligero olor de la tela y el papel envejecido se mezcla con el silencioso revoloteo de las páginas y de las cubiertas que se deslizan unas contra otras al sacarlas de sus estantes. Hay algo que se agita dentro de nosotros cuando curioseamos entre esos casi sagrados pilares de la sociedad y que va más allá de los sentidos. Se trata de una sensación que también trasciende los miles de libros que esperan a ser leídos por primera vez y que nos devuelve a una época que está desapareciendo poco a poco en este mundo que va a toda velocidad. Se parece a ir caminando entre los capítulos de una historia: un relato que vincula a El conde de Montecristo, el Quijote, el Señor de los anillos y La guerra de las galaxias en una única épica magnífica.

En un mundo cada día más globalizado y que parece girar cada vez más rápido, trabajamos para formar parte de esa épica y posicionarnos en un lugar intermedio entre lo nuevo y lo viejo, entre nuestra comunidad local y el mundo que nos rodea, entre los sueños y el pragmatismo, el beneficio y la responsabilidad social. Queremos ser una empresa local trabajando en una comunidad global. En resumidas cuentas, nos esforzamos en ser un tipo diferente de negocio.

¿No quieres ser como tu abuelo? ¡Dale una vuelta!

Tengo que confesarlo, mi abuelo no tenía una librería, sino una tienda de ropa en un pequeño pueblo de Kansas. Y aunque vendía chaquetas en lugar de libros, no hay gran diferencia entre su negocio y la librería que hay en la esquina de tu barrio. Las ventas se basaban en la confianza. Había cortesía y pasión por la sabiduría. Solo alcancé a ver los últimos años del negocio de mi abuelo, cuando le quedaba poco para jubilarse, pero me encanta la manera antigua de hacer negocios. Hemos perdido ciertas cosas a lo largo del camino y hemos permitido que las empresas se hayan convertido en algo, bueno, demasiado empresarial.

Siempre he sido un apasionado defensor del valor de los negocios pequeños e independientes. Todos sabemos que son ellos, y no las grandes corporaciones, los que sustentan el crecimiento económico y crean trabajo. Y algo más importante: las pequeñas empresas mantienen vivo algo dentro de nosotros, nos integran en la comunidad y, últimamente, hacen mejor y más divertida nuestra vida.

Toda gran historia tiene un toque personal. Abrí mi propia librería en la década de los noventa porque creía en ese tipo de sociedad y me parecía que las tiendas de libros usados simbolizaban uno de los últimos bastiones de la era de los pequeños negocios. Mi empresa fue evolucionando a la par que internet. De repente, un cliente de Ontario podía encontrar publicaciones que había estado buscando durante años en librerías de Dallas o incluso en París. Una abuela de Nueva Orleans pudo comprarle a su nieta un oscuro libro que ella había leído de niña en una tienda de Maine. Fue algo maravilloso.

Pero también había señales de alerta. A medida que las grandes empresas con recursos empezaron a invertir en este negocio a través de grandes plataformas, los libros pasaron a ser considerados como productos y, por lo tanto, las librerías eran vistas como vendedores. Los clientes se empezaron a llamar visitas de página. Así las cosas, el valor que ofrece la experiencia y la confianza entre las personas y los negocios locales comenzó a secarse.

Algo importante se estaba perdiendo y a nosotros no nos gustaba. Y ahí es donde comienza la historia de Biblio.com, tratando de combinar el fascinante mundo de los libros antiguos con este nuevo panorama literario.

En otoño del año 2000, Biblio.com empezó como una web de comparación de precios tanto para libros usados como nuevos. Más tarde, este comparador de precios se convirtió en SearchBiblio.com, famoso durante varios años por ser el metabuscador de libros más rápido del momento. Hasta que durante el verano de 2003 lo retiramos del mercado para centrar toda nuestra atención en Biblio.com.

Cuando en febrero de ese mismo año lanzamos Biblio.com como una plataforma de venta online, algunos compañeros del gremio se rieron de nosotros o nos prestaron atención. Estábamos persiguiendo molinos de viento. En aquel momento existían alrededor de una docena de pequeñas plataformas y nadie veía sitio para una nueva.

Pese a todo, y decididos a continuar con el proyecto, empezamos a reclutar libreros que nos confiaran su inventario. Lo hicimos, además, a la manera antigua, afianzando relaciones, dialogando y, lo más importante, escuchando a estos profesionales. Escuchamos a nuestros clientes, nos adaptamos a sus necesidades y moldeamos nuestro aprendizaje en torno a ellos. De esta forma, poco a poco, fuimos ganando la confianza y el respeto de un pequeño, pero leal, grupo de usuarios y libreros.

Como cliente siempre he rechazado la idea de que puedo ser adquirido. Sin embargo, en la industria moderna suena constantemente la frase “adquisición de clientes”. No me importa que me ayuden, hablen conmigo, incluso que me vendan. Pero no quiero ser adquirido.

La diferencia, de nuevo, son las relaciones. Aquí es donde empieza nuestro negocio y cómo hacemos que crezca, incluso ahora. Mientras que otras plataformas han cerrado o han acabado siendo vendidas, nosotros hemos resistido de manera lenta, pero firme, e incluso hemos ampliado nuestra cuota de mercado. Con nuestra competencia librando una guerra interminable de precios, márgenes de beneficios y tamaño, nosotros nos hemos concentrado en tener la mejor oferta y la mejor relación con nuestros clientes. El resultado ha sido que mientras el resto del mercado online de libros usados ha crecido un 33% anual, nosotros lo estamos haciendo al 133%.

Y pensarás que eso sería suficiente para nosotros. ¡De ninguna manera!

Una gran finalidad no es tan grande como su uso

Trabajamos para conseguir tres objetivos fundamentales que sirvan como medida de referencia para cuantificar el éxito de nuestra empresa: conseguir beneficios, ayudar a las personas y conservar el medioambiente. Cuando la responsabilidad social corporativa era poco más que una expresión de moda en el mundo académico, nosotros nos comprometimos con estas metas.

Financiamos y construimos nuestra primera biblioteca pública en la Bolivia rural en 2004 incluso antes de ser una empresa viable. Ese año conseguimos albergar un catálogo de cerca de 10.000.000 de libros, se publicó el primer artículo sobre nosotros en un periódico local de negocios, las ventas aumentaron varios cientos por ciento, construimos nuestra primera biblioteca desde cero y terminamos perdiendo casi 50.000 dólares.

O sea, no conseguimos el objetivo de beneficios contemplado en nuestros principios, pero el balance era positivo para nosotros. Habíamos decidido que necesitábamos ofrecer algo incluso aunque no pudiéramos permitírnoslo. Se trataba de ese tipo de prueba de fuego que forja valores fundamentales.

El siguiente año de actividad también perdimos un poco de dinero, pero seguimos el ritmo. Fundamos y financiamos nuestra organización sin ánimo de lucro Biblio Charitable Works (BiblioWorks) en otoño de 2005. Al mes siguiente enviamos un contenedor de carga con 10.000 libros, ordenadores y material educativo con destino Suramérica. Y lo repetimos al año siguiente, en esa ocasión con 12.000 volúmenes y una cantidad incalculable de miles de euros en mobiliario de biblioteca donado por Brodart.

Desde 2005 hemos construido 16 bibliotecas públicas en Bolivia. Nos hemos asociado con organizaciones locales como Asheville-Buncombe Education Coalition, hemos organizado campañas anuales de libros, contrarrestado cada parte de nuestras operaciones de negocio (¡incluido el envío de cada libro vendido!) comprando compensaciones de carbono que se invierten en energía renovable o en pequeñas granjas de todo Estados Unidos. Asimismo, hemos creado trabajo de calidad tanto en nuestra región como en las zonas empobrecidas de Bolivia. Hemos repartido cientos de miles de libros entre niños desfavorecidos, reclusos en cárceles locales, personas sin hogar en albergues locales y prácticamente a cualquiera al que le pudiéramos colocar un libro en las manos. Y sí, en algún punto del camino también conseguimos alcanzar el objetivo de beneficios incluido en nuestros propósitos.

Toda buena historia tiene una misión. Alguien tiene que luchar, y además hacerlo duramente, para mejorar la vida de las personas. Si no, ¿a quién le importaría si alguien encuentra un tesoro escondido?

18 años y seguimos contando...

Hemos crecido, pero mantenemos orgullosamente nuestra filosofía: seguir siendo una librería local pero a escala global. Cada día ofrecemos a nuestros clientes, que son cerca de un millón de amantes de los libros de todos los países del mundo, la posibilidad de encontrar libros de alta calidad. Hemos ayudado a que la gente encontrase ejemplares que han estado buscando durante años, a la vez que hemos promovido alianzas entre bibliófilos y librerías independientes. Nuestra tecnología une geografías para ayudar a los clientes a establecer relaciones al estilo tradicional con pequeñas librerías de todo el mundo.

Cada día ayudamos a pequeños negocios de 50 países a desarrollar y a hacer crecer sus empresas, les ofrecemos la tecnología y las herramientas que les permiten establecer y reforzar su identidad, además de la posibilidad de conectar con sus clientes y crear nuevos vínculos.

Nos encanta lo que hacemos porque tenemos la oportunidad de contribuir con algo positivo al mundo que nos rodea. Cada día nos esforzamos en aportar algo más a nuestro trabajo. Unos días creamos estrategias para reducir nuestro consumo en nuestra oficina, reutilizando o reciclando más; mientras que otros nos dedicamos a recoger, clasificar y distribuir libros gratuitamente a aquellos que lo necesitan.

Somos afortunados por trabajar en lo que nos gusta y a la vez tener la oportunidad de hacer un poco mejor el mundo. Estamos orgullosos de nuestros logros y, especialmente, del tipo de empresa en la que nos hemos convertido.

En una historia épica, esto se llamaría desarrollo de personajes.

La historia de Biblio está constantemente avanzando y cambiando, pero nuestros principios se mantienen intactos. No sabemos cómo terminará esta historia, ¡pero no podemos esperar a averiguarlo!

Gracias por compartir esta, nuestra historia, con nosotros. Y gracias también por hacernos parte de la tuya.

Brendan Sherar
Fundador y CEO (y quijotista)
Biblio
Asheville, Carolina del Norte