En ocasiones, ocurre que un término se vuelve tan común que su significado acaba desvirtuándose. Es lo que ocurre con la definición de «libro anticuario». Normalmente, y en una primera aproximación, se suele asociar a títulos por lo general antiguos de un alto valor económico, pero no siempre es así. Muchos de los usuarios de Biblio se sorprenden cuando encuentran en nuestro catálogo libros de anticuario –además de mapas, primeras ediciones modernas, pósteres o ephemera– a precios muy económicos. Dado que es un tema que puede generar muchas dudas, aquí vamos a despejar algunas de las incógnitas de lo que se entiende como libro anticuario en el mercado actual.
¿A qué podemos llamar realmente libro anticuario?
La definición más simple es la de un libro viejo, pero, claro, hay muchos otros aspectos en juego.
En el mercado moderno del coleccionismo de libros, el término anticuario generalmente se aplica a cualquier objeto que es único y tiene valor. Ese valor suele estar asociado a uno o varios factores, como la edición (las más valiosas son las primeras ediciones), la calidad, el tipo de encuadernación, si pertenecía a la colección de una persona notable o famosa y si tiene alguna firma o dedicatoria. En este post, por cierto, te contamos algunas claves para averiguar si tienes algún libro valioso en tu biblioteca.
La definición tradicional –y reconocemos que un poco anquilosada– de un libro anticuario es aquella que lo define como un libro que tiene, al menos, 100 años de vida, pero normalmente bastantes más. Esto incluye a los libros incunables, aquellos impresos antes del año 1501. La palabra incunable hace referencia al comienzo de la palabra impresa y la inmensa mayoría de trabajos publicados durante este periodo eran obras de carácter religioso.
En el mercado tradicional del libro anticuario también puedes encontrar artículos impresos durante los siglos XV, XVI o XVII. Según iba desarrollándose la imprenta, la temática de las obras pasó de textos religiosos a publicar también poesía, teatro, filosofía, historia, literatura, incluso guías sobre gastronomía o el mundo del vino.
Suele ocurrir que los términos «raro» y «anticuario» a menudo aparecen juntos y, aunque un libro puede ser al mismo tiempo raro y anticuario, también puede llevar asociadas solo una de estas características.
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¿Un libro encuadernado en cuero es anticuario?
Es una duda razonable y la respuesta es simple, pero también frustrante. Sin duda, una encuadernación en cuero es algo deseable para un libro anticuario y, a veces, este tipo de encuadernación puede esconder asimismo un libro raro y valioso, pero hay que tener en cuenta muchos otros factores.
De una manera muy básica, podemos hablar de dos tipos de libros encuadernados en cuero coleccionables: nuevos y viejos. Hay editoriales contemporáneas que ofrecen ediciones de este tipo, más accesibles y asequibles, e ideales para bibliófilos que quieran tener una colección atractiva y vistosa sin necesidad de dejarse un dineral en el proceso.
Hay que tener en cuenta que el valor de un libro encuadernado en cuero depende del tipo de cuero utilizado, cómo de compleja sea la decoración (si lleva incrustaciones de oro, por ejemplo, pedrería o cualquier otro intrincado adorno), así como el contenido y la condición en las que se encuentre el ejemplar. Normalmente, en los detalles de un libro disponible en el catálogo de Biblio se especifica el tipo de cuero utilizado y si este es especialmente valioso. Hay cueros, que por su origen o forma de trabajo, son más apreciados que otros.
Libros de anticuario modernos
Hoy en día, el término anticuario ha evolucionado para incluir trabajos que han sido publicados recientemente, como las primeras ediciones de Harry Potter, los libros de Ian Fleming sobre James Bond, o las primeras ediciones de Matar a un ruiseñor o El gran Gatsby. Esto, claro, amplía notablemente la acepción de este tipo de obras.
¿Qué es lo que convierte a estos títulos contemporáneas en libros valiosos? Influyen varios factores. El primero y más importante es la demanda y, en segundo lugar, el estado de conservación en el que se encuentre cada copia. Si el libro tiene menos de 100 años, debe estar impoluto para poder alcanzar un valor monetario alto (además de conservar la sobrecubierta, en caso de que la tuviera originalmente). Muchas primeras ediciones, incluso de títulos muy buscados, no logran precios de venta muy altos debido a que han perdido la sobrecubierta en algún momento de su vida .
Las firmas también influyen en el valor de un libro. Muchos bibliófilos se dedican con éxito a coleccionar libros firmados. Si se tratara de una dedicatoria o de una pequeña nota del autor o el propietario, esto podría mermar su precio, pero también aumentarlo, en función de a quién fue dedicado ese ejemplar o si el anterior propietario era alguien famoso o una figura notable.
Muchos títulos solo se consideran valiosos si se trata de una primera edición, primera impresión (ya que algunas primeras ediciones pueden tener impresiones posteriores). Esta es una de las cosas más difíciles de comprender cuando alguien se empieza a familiarizar con los conceptos básicos del coleccionismo de libros, pero también resulta esencial. La mayor referencia, de lejos, es un librero anticuario: ¡puedes encontrar una librería especialista cerca de tu localidad en Biblio haciendo clic aquí! Muchos profesionales conocen todos los entresijos del sector, cómo identificar primeras ediciones incluso averiguar si una firma es falsa.
